Fotógrafo freelance radicado en la ciudad de Quito. Estudió la carrera de fotografía en la Escuela de Fotografía Andy Goldstein en Buenos Aires, una especialización en Fotografía Documental y Fotoperiodismo en ARGRA de Argentina, cursó el Seminario de Fotografía Contemporánea en el Centro de la Imagen de México. Fue parte del colectivo fotográfico Paradocs (2011-2018) donde fue fundador del premio Fotoperiodismo por La Paz “Juan Antonio Serrano” durante seis años. También desarrolló junto con François Laso la editorial “Taller de la Retina” donde se publicaron 12 libros de fotografía ecuatoriana. Ha colaborado con organizaciones como Iniciativa Yasuní ITT, Secretariat de ONU Habitat III, UN Women Ecuador, Aldeas SOS Ecuador, Fundación Telefónica, Cooperación Alemana GIZ y UNICEF Ecuador.
Fotógrafo del colectivo de comunicación Ninja Midia en Río de Janeiro y Sao Paulo en el 2014 y 2015. Su primer cortometraje realizado en 2019 en conjunto con Andrés Reinoso “Un Domingo” fue seleccionado para el festival de Baja California en México, Festival Offside de Lisboa, el Festival Internacional de Cortos de Sao Paulo, la muestra de Video Arte “ArtNova100” de Beijing y finalista de Video Arte del “Arte Laguna Prize” de Venecia, Italia. Desde el 2008 trabaja como fotógrafo independiente para revistas, agencias de diseño, organismos nacionales e internacionales, empresas privada y pública, documentaciones de arte y proyectos culturales.
Satélites
Santiago Serrano
Instalación de video
2020
Satélites se erige como un testimonio visual de la vida durante la pandemia del Covid-19. La obra se adentra en la cotidianidad de diversos espacios públicos alrededor del mundo, capturando la esencia de plazas, calles, playas y montañas a través de cámaras públicas conectadas a internet que operan las 24 horas del día. En un momento de crisis global, estas imágenes ofrecen una mirada sutil sobre la actividad humana, planteando interrogantes sobre el propósito y el significado de los movimientos de las personas en medio de la incertidumbre.
Esta instalación utiliza una variedad de medios, desde imágenes impresas de cuadros específicos del video hasta pantallas de diferentes tamaños, para desplegar las múltiples vías a través de la miradas salta entre dispositivos y materiales en el consumo de imágenes. Al contemplar estas imágenes, el espectadorx se enfrenta a la realidad de una sociedad en transformación, donde las interacciones sociales se ven moldeadas por las restricciones impuestas por el distanciamiento físico.
A la par, el artista nos propone reflexionar sobre la omnipresencia de la vigilancia en la era digital y cómo estas cámaras de seguridad disponibles en internet pueden ser reapropiadas para ofrecer una visión alternativa de la vida contemporánea. Serrano también se pregunta acerca de las implicaciones de este ojo conectado al internet al que puede acceder cualquier persona y lo que esto significa para los sujetos que son capturados. Este ejercicio, entre contradictorio y controlador, evidencia las tensiones en el discurso del uso de tecnologías de vigilancia para mantener la seguridad. La pieza se balancea entre la contemplación y la coerción, entre la posibilidad poética y la posible intrusión, entre la tranquilidad de observar a través de una máquina y el desconcierto de sabernos vulnerables ante la mirada de otrxs.