Juan Pablo Racines

Artista visual; graduado en la carrera de artes visuales por la universidad San Francisco de Quito; mi principal interés es trabajar desde un análisis de medios digitales como los videojuegos y el internet.  Mi búsqueda se expresa desde la recreación y exploración del error visual o narrativo que existe en el hábitat digital. Mi práctica, aunque es bastante influenciada por lo virtual, no necesariamente trabaja en medios digitales; muchas de mis obras se hacen desde la pintura y el collage análogo. De esta forma, utilizo mi práctica como un mediador o traductor de la información tecnológica. Mis últimas investigaciones artísticas rodean los espacios indeterminados en los juegos en primera persona (FPS), como Battlefield o Call of Duty. Por medio del glitching en estos videojuegos accedo a nuevos espacios en donde el navegar se distorsiona del juego tradicional. De este modo, el out of boundaries (término utilizado por la comunidad gamer para explorar estos espacios) nos expone a lugares de juego y convivencia inexplorados. En un mundo donde nos enfrentamos constantemente a la pantalla, explorar un espacio irregular e inestable, nos habla de la misma condición humana que se tiende a perder en la pantalla.

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I’VE BEEN HIT
Juan Pablo Racines
Acrílico y óleo sobre lienzo
2023

La representación de los espacios fuera de los límites en los videojuegos, especialmente aquellos que se revelan a través del glitching, es el objetivo principal de esta obra. El término glitching se refiere a una práctica de lxs jugadorxs que aprovechan los fallos de programación de un videojuego para realizar tareas que les proporcionan una habilidad adicional en el juego, como atravesar paredes o desafiar la física. En esta serie en particular, Racines busca representar el momento en que unx jugadorx cae del mapa luego de ser impactadx, un fenómeno común en juegos como Battlefield o Call of Duty. Esta experiencia de ser eliminadx se ve amplificada por el glitching del mapa, llevando a lxs jugadorxs a un mundo indefinido lleno de símbolos y códigos por explorar.

La obra presenta dos dípticos. En el primero habitan tres sujetos con piel y vestimentas de color rojo en proceso de transmutación, representando a lxs jugadorxs eliminadxs que ya no pueden acceder al mundo del juego. El diseño cartográfico atravesado en la pantalla añade una capa de surrealismo a la escena. Elementos como las estrellas amarillentas, comunes en juegos de rol, sugieren una experiencia o recompensa obtenida incluso en la derrota. Esta composición invita a la observación del error y cómo puede conducirnos a nuevas percepciones de habitar lo digital. En el segundo, se observa un paisaje de objetos olvidados que se fusionan en una gran masa que lo devora todo. Este tercer espacio yuxtapuesto con una retícula que pareciera ser el eco de los últimos fragmentos de estabilidad, delata la fragilidad de la virtualidad. Y, entre los dos dípticos, ocupando el muro que los pone en conversación, el artista propone una serie de líneas blancas a manera de reverberación de los espacios que evocan las piezas de esta serie.